Me gustaría aprovechar este medio para despedirme de los alumnos a los que este curso, y muchos pasados, he impartido clase. Me hubiera gustado hacerlo en la fiesta de graduación pero la pandemia nos ha impedido disfrutar este año.

Llegasteis algunos muy jóvenes y os vais con la mayoría de edad legal cumplida, es decir, en el momento de tomar decisiones y coger las riendas de vuestra vida. En los años como estudiantes, recibís información, conocimiento pero sobre todo me gustaría pensar que los profesores os animamos a que tengáis curiosidad por descubrir lo desconocido, que la capacidad de asombraros nunca duerma, que os lo trabajéis y que consigáis disfrutar de una vida plena, grata y alegre.

Que sepáis decir NO y SÍ cuando se os presenten alternativas porque esos 2 monosílabos son el fundamento de vuestra libertad, coraje y valentía. Respetaos y no os rindáis en la búsqueda de una vida digna, con amor al estudio, al trabajo y a vuestro entorno, disfrutando de las pequeñas cosas porque en ellas reside la belleza y la felicidad.

Gracias por haberos conocido, porque me habéis dado la oportunidad de desarrollar una profesión a la que accedí por libre decisión y con la que he disfrutado tanto y  de vosotros, los jóvenes, que siempre tenéis la misma edad y no los profesores que cada año cumplimos con el calendario

Creemos que os enseñamos a vosotros pero también vosotros nos transmitís vuestros sueños, vuestra alegría, espontaneidad, juventud…así que se trata de una tarea, la de enseñar, de doble dirección, y de la que nunca dejamos de aprender.

Ojalá viváis una vida buena y que logréis vuestros sueños, aunque sin olvidar que hay que trabajárselos cada uno y aunque haya momentos duros, merece la pena.

Quiero aprovechar también para pediros disculpas si en algún momento no estuve a la altura de lo que esperabais de mí.

Seguro que nos volveremos a encontrar y hasta entonces mis mejores deseos. Cada uno de vosotros deja su huella en el centro y en nuestra memoria.

Un fuerte abrazo, Pilar